Un agente de la Policía de la Ciudad se atrincheró en su domicilio. Desde adentro comenzó a dispararles a sus colegas. Según fuentes oficiales, el policía tuvo un brote místico.
El agente, de apellido Acosta, no se presentó en su trabajo. Ante esto, sus compañeros fueron al domicilio a notificarlo. En ese momento Acosta comenzó a decir frases irracionales antes de amenazarlos con un arma de fuego.
Los efectivos pidieron apoyo a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que llegaron al domicilio de la calle General M. Pintos al 900, pero fueron recibidos a los tiros por el agente. El Subteniente Brian Paz fue herido en el abdomen durante la balacera. Se salvó gracias a su chaleco antibalas.
Debió intervenir el Grupo Halcón de la Policía Bonaerense que luego de una negociación logró reducir al policía agresor.