El primero de los homicidios lo cometió el 31 de diciembre en un bar ubicado en la calle San Pedrito y el segundo el 1 de enero a las 3:115 en el barrio La Matera de Merlo.
El asesino uso la misma modalidad, ejecuto a ambas víctimas de un balazo en la cabeza y utilizo el mismo vehículo. Para que no lo detuvieran utilizo un auto sin pedido de captura. Además, era un auto que no llamara la atención para frecuentar los barrios.
La primera de las víctimas es Omar Ovidio Condarco Collisaya, se está estudiando la hipótesis de que el asesino se equivocó de persona y fue un daño colateral. Este fue ejecutado en la vereda de la calle San Pedrito al 500.
Este fue confundido con la victima de Merlo, Ramón Adán Zurita de 67 años, este trataba de huir de quien lo amenazaban e interrumpieron en la casa de su esposa. Hasta que lograron su cometido que fue asesinarlo como Callisaya, en un lugar que Zurita frecuntaba y tenían una relación laboral.
Esta relación se dio en la investigación judicial, cuando el modus operandi era el mismo y en ambos casos en las cámaras de seguridad de los hechos se veía en las imágenes un corsa gris, sumado a la misma metodología, un tiro en la frente de las víctimas con una pistola calibre 9 milímetros.
Además, se encontraron en ambas escenas una vaina servida del mismo calibre justo a los cuerpos. Siempre se utilizo el mismo auto con la particularidad de una abolladura en el guardabarros trasero y una llanta negra que no combinaba con las otras 3 restantes.
Condarco Collisaya, de nacionalidad boliviana lo asesinaron en las afueras en donde funcionaba como privado encubierto y cercano a un local clausurado después de haber sido allanado por una investigación por trata de personas.
La relación que lograron los investigadores es que la segunda víctima, Ramón Zurita, trabajo como jefe de seguridad de ambos locales donde explotaban sexualmente a las mujeres.
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