El Día Mundial del Hermano, celebrado el 5 de septiembre, rinde homenaje a la Madre Teresa de Calcuta, reconociendo la solidaridad, el compañerismo y los lazos fraternales más allá de la biología. Este día no solo es una celebración de los hermanos de sangre, sino también de aquellos que consideramos hermanos del alma, personas con quienes compartimos un vínculo especial y profundo.
La elección de esta fecha tiene un fuerte componente espiritual, inspirado en la vida de Madre Teresa de Calcuta, quien falleció el 5 de septiembre de 1997. Su dedicación a los pobres y enfermos, a través de las Misioneras de la Caridad, la convirtió en un símbolo de compasión y altruismo en todo el mundo. Su legado sigue vivo en las más de 130 naciones donde su congregación continúa ayudando a los más necesitados.
En Argentina, además del 5 de septiembre, existe el Día Nacional del Hermano que se celebra el 4 de marzo, aunque con un enfoque más comercial y tradicional. Sin embargo, a nivel global, la fecha de septiembre resalta los lazos fraternales desde una perspectiva más espiritual y emocional.
Este día nos recuerda que los hermanos no solo son los que comparten nuestra sangre, sino también aquellos que nos acompañan a lo largo de la vida, brindando apoyo emocional y moral en momentos importantes.