El sábado, un contundente número de argentinos y argentinas marcharon desde Congreso hacia Plaza de Mayo contra el fascismo y racismo. A raíz de las últimas declaraciones del Presidente Milei y sus funcionarios, la marcha se replicó en todo el país.
La marcha del Orgullo antifascista y antirracista LGBTIQ+ fue un enorme abrazo y un gesto político ante las declaraciones públicas de Milei contra los extranjeros, mujeres y diversidades.
La movilización tuvo lugar en las calles de Buenos Aires pero también en toda la Argentina y en varios lugares del mundo, donde miles marcharon en una columna multitudinaria.
Sectores y colectivos de la diversidad sexual, derechos humanos, sindicatos, estudiantes, migrantes, personas racializadas, partidos políticos, agrupaciones sociales y también miles de autoconvocados, se sumaron con sus carteles contra los discursos de violencia y políticas fascistas.
La convocatoria fue federal y tuvo voz en las provincias de Córdoba, Catamarca, Río Negro, Jujuy, Tierra del Fuego, Misiones, entre otras. Desde los grandes centros urbanos hasta los pueblos del interior, argentinos dijeron NO al fascismo y autoritarismo fomentado por el gobierno nacional.
Así como cuando se anunció el 2×1 (el intento por conmutar penas de genocidas condenados por delitos de lesa humanidad), ayer se movilizó el pueblo argentino en las calles para defender la democracia con todos los derechos conseguidos. Un gran número de autoconvocados que no forman parte de colectivas LGBTIQ+ abrazaron los derechos de la diversidad pero también protestaron contra el plan económico que está detrás de los discursos de odio.
Las Madres de Plaza de Mayo se sumaron y adhirieron las Abuelas de Plaza de Mayo. Y el abrazo a ellas, a la memoria de las luchas que nos trajeron hasta acá -las de los organismos de derechos humanos, las del Orgullo, la de furia travesti- estuvo tan presente como la defensa de las infancias y juventudes trans. Argentina unida nunca será fascista fue el grito final de la gran movilización.